Decía, no recuerdo qué filósofo, que lo importante no es de lo que estamos hablando, Lo importante es cómo queremos vivir. Como coach de vida, de vida personal y de vida profesional, mi especialidad es que mis clientes encuentren dentro de si cómo quieren vivir, cuál es su lugar en el mundo, cómo lo pueden conseguir, cómo lo pueden mantener, cómo poner en valor el error. Éstas raíces madre fructifican en forma de infinidad de objetivos, para unos es la autoestima lo que necesitan para ubicarse en igualdad de condiciones, para otros es un cambio profesional, familiar o bien es su vida amorosa, para otros decidir qué camino elegir en las difíciles encrucijadas de la vida, aceptar un revés y comenzar de nuevo, reubicarse por dentro y por fuera, otros necesitan expresarse, enfrentarse, hacerse visibles, encontrar su valor, sus talentos, eliminar formas limitantes que impiden, atreverse a soñar y a trabajar por un sueño, trabajar emociones, llevar una vida sana, cambiar su imagen, sentirse redondo… mejorar, mejorar, mejorar, crecer, crecer, crecer, iluminarse, iluminarse, iluminarse.
A esta pregunta el coaching responde con su metodología proporcionando al cliente, que busca y encuentra dentro de sí, las herramientas, opciones, acciones y fuerza para conseguir su objetivo.